En condiciones normales no resulta deseable plantear propuestas de este tipo, que alteran las fechas, plazos y cronogramas establecidos.
Sin embargo, en circunstancias como la actual, en que el sectarismo y la mezquindad han cerrado todas las puertas a determinadas medidas y políticas que el país requiere con urgencia para intentar solucionar varios de sus principales problemas, no parece quedar otra opción.
Ocurre que el Perú está embarcado desde hace más de un año en una dura y decisiva batalla contra uno de sus flagelos más graves y más endémicos: la corrupción. Para ello está intentando establecer una legislación y un marco constitucional que permitan avanzar hacia una más elevada institucionalidad y asegurar un mayor nivel ético por parte de sus políticos y demás dirigentes, consciente de que son formas de luchar contra el referido problema, que afecta la gobernabilidad del país y su sano y buen desempeño social, político y económico.
Pero la mayoría opositora en el Congreso, con una muy reprobable disposición a mediatizar y desvirtuar las reformas planteadas, así como a blindar a importantes personajes públicos seriamente cuestionados o inclusive requeridos por la justicia, se ha convertido en el principal impedimento para que haya avances en el tema.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que esa nefasta actitud no tiene visos de cambiar en lo que resta de los períodos presidencial y legislativo, el gobierno ha planteado adelantar las elecciones generales, para que ya no se realicen en el previsto año 2021, sino en el 2020.
El país, en el proceso de consolidación de su joven democracia, debería haber tenido un tranquilo discurrir del actual período gubernamental en los plazos y condiciones previstas. Lamentablemente, la condenable actitud de una mayoría que desde el primer momento, y en defensa de intereses bastante oscuros, se mostró confrontacional e intransigente, no parece dejar otro camino que el ahora planteado por el gobierno.
Mucho narco hay en la politica, el dinero narco nos esta arruinando, parece el Mexico de Calderon y Penia Nieto, y dios sabra si tambien el de AMLO, habra que ver como acaba.
ResponderEliminarCierren ese congreso y llamen a elecciones, el pueblo pone y el pueblo quita, emponderen al pueblo.
Si, empoderaron en Venezuela, al punto de que ahora tienen el poder de irse.
EliminarLa ignorancia es realmente atrevida y desadaptada.
Srs. Un pueblo culto debe primero respetar el estado de derecho, el marco l, y si el Ejecutivo quiere quitar al Congreso e irse con el la solución el simple. Renuncia Vizcaya!! !! Me sorprende Desarrollo peruano tu sesgo pro Gobierno, eres muy ayayero de las barbaridades de este Gobierno, un análisis imparcial te haría más llamativo a personas que andamos informados, es que no ves que los que apoyan a este gobierno es la izquierda torcida y la hipocresía y maldad de personajes con intereses propios como Veronika, Guzmán, Antauro, debemos soportar lonqie elgimos, eso nos hace un país serio, no por manipulación mediática buscar dañar una Constitución que trajo 29 años de desarrollo, no me vengan que la culpa la tiene todo el Congreso, hay que ser ignorante para determinar semejante barbaridad, este gobierno es un freno al desarrollo.
ResponderEliminarY tu desarrollo peruano, ojalá y no estés recibiendo mermelada, porque no te veo hablar de temas polémicos, como Petroperú, Tia Maria, Chincheros, o los más de 500 millones a la prensa mermelera, ni de los Graña, Ud. Como buen economista daría una visión mas profesional que muchos de nosotros.
Así que no deje que la mermelada dale tan bonito Bloc.
Nuestro análisis es imparcial, y ceñido al espíritu democrático, y por eso rechazamos tajantemente, como ya lo hemos dejado claro en artículos previos, la actitud mezquina, intransigente y sectaria de la bancada mayoritaria del Congreso y del grupo político que la secunda en su lamentable actitud de blindar funcionarios severamente cuestionados y requeridos por la justicia.
EliminarPese a que no nos atrae la idea de modificar el calendario electoral que ya existía, entendemos la actitud del gobierno de plantear el adelanto. Es que esa intransigencia recalcitrante e imperdonable no piensa ceder (por razones que ya han quedado meridianamente claras) en su férrea oposición a todos los esfuerzos que se viene haciendo para desmontar el aparato de corrupción que desde hace muchos años se halla enquistado en los tres poderes del Estado y otras altísimas instancias de la administración pública.
En cuanto a su insinuación de sobornos a este blog, obviamente no resiste el menor análisis. Si fueran ciertos los disparates que usted está sugiriendo, y por los cuales nos atribuye supuestas ojerizas gratuitas al fujimorismo y una insólita simpatía hacia la izquierda, no habríamos dedicado numerosos artículos a elogiar las grandes reformas económicas de tipo liberal efectuadas por el Perú en los años 90 y la brillante Constitución de 1993, que lo enrumbaron por el exitoso camino que continúa transitando hasta hoy. Tampoco atacaríamos, como lo hacemos recurrente y duramente, los programas económicos izquierdistas que se ponen en marcha en distintos países de la región, obviamente con pésimos resultados, ni atacaríamos con dureza al nefasto velasquismo, que hizo lo propio en el Perú, sin que los presidentes que le sucedieron hasta 1990 hicieran nada para zafarse de ese desastroso modelo.
Si ahora atacamos a la mayoría fujimorista del Congreso es porque eso es lo éticamente correcto, dada su delincuencial actitud de blindar a sujetos impresentables, impidiendo que el país se sacuda de uno de los problemas que más lo lastran.
Obviamente, al hacer eso no avalamos de ninguna manera la actitud de los grupos de la izquierda radical, que no secundan al gobierno con propósitos democráticos ni de lucha contra la corrupción, sino exclusivamente para sacar provecho político de la situación, intentar cambiar la Constitución y tirarse abajo el modelo económico de libre mercado e implantar el desastroso modelo estatista con el que simpatizan. Aquí hemos atacado en todo momento esa nefasta pretensión, y sin la menor duda lo seguiremos haciendo.
Primer paso para volver a encaminar el Perú es erradicar el fujimorismo en todas sus formas y con ello el peligro de la ultraderecha conservadora. De allí en adelante, vamos rumbo al desarrollo, mi total apoyo al Presidente Martín Vizcarra que sí me representa.
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