Universidades: Ya Van 21 Menos

Con la denegatoria, hoy, del licenciamiento a la Universidad Ciencias de la Salud por parte de la SUNEDU, ya son 21 las instituciones que, por no cumplir los requisitos mínimos de calidad, deberán dejar de operar.

Es decir, de las 145 que estaban autorizadas anteriormente, ya sólo quedan en funciones 124, un número que, sin embargo, y a tenor de las graves deficiencias observadas, aún resulta excesivo.

Sin duda, se trata de un trance penoso para quienes estudian en ellas y para sus sacrificados padres, pero a la vez absolutamente necesario, pues corrige un grave problema que se venía arrastrando desde hace muchos años, sin que se hiciera algo al respecto. El proceso deberá continuar en los siguientes meses, seguramente con más denegatorias, y por ende con más obligaciones de cerrar en un máximo de dos años.

La meta es mejorar dramáticamente el nivel de nuestras universidades, con una infraestructura, un equipamiento, una currícula, un cuerpo docente y un grado de exigencia que permitan elevar la calidad de la enseñanza, teniendo en cuenta que son los centros de estudio llamados a proveer al país de los profesionales que requiere para salir adelante. Profesionales con sólidos conocimientos, con capacidad para efectuar rigurosos análisis de los problemas, plantear soluciones creativas, tomar decisiones bien fundamentadas, investigar con ahínco en temas de real trascendencia y buscar permanentemente la innovación.

Sólo así será posible mejorar sustantivamente en temas tan fundamentales para el desarrollo como los del avance científico y tecnológico, el incremento de la productividad y la competitividad, en los que nuestro país muestra una grave deficiencia. Por eso es indispensable que todas las universidades cumplan estos requisitos mínimos establecidos por la SUNEDU como primer paso.

Luego, cuando hayan transcurrido los seis, ocho o diez años de los licenciamientos ahora otorgados, habrá una nueva evaluación, sin duda mucho más exigente que la actual, teniendo en cuenta que se tuvo un largo plazo para mejorar y que se entendió que el proceso es irreversible e indetenible. Ojalá para entonces ya haya comenzado a aumentar el número de universidades peruanas que figuran en los rankings internacionales, algo que ahora, debido a la baja calidad, y salvo honrosas excepciones, lamentablemente no ocurre.