No todos los países participan en la Prueba PISA, aquella que evalúa el nivel educativo de los escolares de 15 años en las vitales áreas de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias.
Solo lo hacen los pertenecientes a la OCDE (organización de los países más ricos y desarrollados) y varias decenas más, deseosos de medir su nivel y progreso en la materia.
En la prueba del año 2018, cuyos resultados vimos aquí, participaron 77 países, entre ellos el nuestro, que ocupó el lugar 65, mostrando mejoría de puntuación en los tres temas, y logrando escalar varias posiciones.
De América Latina participaron los diez países del cuadro adjunto.
El Perú ocupó el sexto lugar regional, habiendo logrado superar a dos grandes e importantes, como Brasil y Argentina (que en las evaluaciones anteriores siempre habían figurado bastante más adelantados), y muy claramente a Panamá (que retornó a la prueba tras haberse alejado en las dos previas) y República Dominicana (que participa por segunda vez, lamentablemente, con un leve retroceso).
Sin duda, el avance peruano tiene su principal explicación en las políticas y estrategias puestas en marcha en los últimos años, entre ellas la meritocracia (alza de las remuneraciones de los profesores en función de su capacitación y evaluaciones), mejora de la infraestructura y el equipamiento, modernización de las currículas, etc. Pero es necesario decir que el incremento de puntuación ha sido bastante menor que en la prueba del año 2015.
Ojalá se acelere la marcha ascendente, no solo para intentar acercarse a los países más avanzados de la región, sino también al promedio de la OCDE (487 en Lectura, 489 en Matemáticas y 489 en Ciencias), que aún figura tremendamente lejano. Con una educación apuntalada en su nivel básico, las perspectivas de mejora y desarrollo personal y social en todas las instancias posteriores se amplían enormemente.
Y en esta mejora nada ha tenido que ver la ideología de género que se pretende implantar en la educación disfrazada como "enfoque".
ResponderEliminar