La inflación peruana, que toma en cuenta la variación del índice de precios al consumidor (IPC), apenas llega a 1.82% al año.
Con ello, se ubica entre las más bajas de América Latina, pues solo es superior a las de cuatro de los dieciocho países de la región: los dolarizados Ecuador y Panamá, y El Salvador y Bolivia.
Esa muy favorable evolución se refleja en la gran mayoría de rubros que conforman el IPC. El gráfico adjunto es una muestra de lo dicho, pues revela que en marzo solo 17% de ellos tuvieron un incremento anual mayor al 3%. Los otros rubros, responsables del 83% restante, tuvieron variaciones iguales o menores a esa cifra.
Y considerando lo muy dañino que es el fenómeno inflacionario (en la capacidad adquisitiva de la población, en el valor de la moneda, en el incentivo para ahorrar, en la competitividad externa del país, en la planificación empresarial, etc), cabe la satisfacción por tenerlo en un nivel tan bajo e inocuo como el señalado. Además, el gráfico testimonia que la situación es una de las mejores de los últimos once años.
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