Como vimos en anteriores notas, los meses de enero y febrero fueron bastante aceptables para la economía de nuestro país, haciendo posible que en el primer bimestre acumulara un crecimiento de 3.4%.
Pero, ya con los efectos del COVID-19, uno de los cuales fue la paralización de una gran parte de la actividad productiva nacional, se sabía que marzo exhibiría cifras no solo malas, sino pésimas.
Y efectivamente, eso se ha dejado ver en las primeras cifras que el INEI ha publicado acerca de los sectores, subsectores o rubros para los cuales ya dispone de información.
Estas nos dicen que la Pesca ha caído 21.43%, el subsector Electricidad 12.87% y el rubro Consumo Interno de Cemento (el más importante del sector Construcción) nada menos que 51.04%.
Falta conocer los datos de la mayoría de sectores, pero lo más probable es que ninguno se libre de una estrepitosa caída. Los de Transporte, Almacenamiento, Correo y Mensajería, y de Alojamiento y Restaurantes seguramente estarán entre los más golpeados. Y todo eso no solo producirá la primera caída del PBI tras 127 meses de avance continuo, sino también el peor resultado mensual desde la década de 1990.
Pero se tratará de una simple anécdota, no explicable por factores endógenos a la economía, que mantiene sus sólidos fundamentos, sino por un factor exógeno, que perturbó gravemente al mundo entero. Lo realmente importante será esforzarse por derrotar cuanto antes a la pandemia, para que la economía, que iniciará este mes un gradual proceso de reactivación, pueda desplegar sin trabas todo su potencial.
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