Increíble e irresponsablemente, y justificando la pésima imagen que desde hace mucho tiempo tiene ante la ciudadanía, el Congreso le negó la confianza al gabinete ministerial presidido por Pedro Cateriano.
Con ello, obligó a renunciar a ese grupo profesional conformado hace menos de un mes. No pareció importarle que la pandemia continúe siendo un grave problema, y por ende se le requiera combatir con la máxima intensidad. Tampoco que el país intente reactivar su producción tras la forzosa paralización debido al virus, y por lo tanto necesite un ambiente de tranquilidad política y económica para salir adelante.
Primó el afán de varios grupos de mantener una actitud de pugna entre poderes ad portas de una campaña electoral, de tirarse abajo medidas que impulsa el gobierno y atentan contra sus intereses (como la reforma universitaria, que ha permitido cerrar centros de estudio de ínfimo nivel) o de oponerse tercamente al desarrollo de grandes y urgentes proyectos mineros (aquellos que tras acatar las normas ambientales se convierten en las mayores fuentes de ingresos fiscales y de divisas).
Así las cosas, el presidente Vizcarra ha anunciado la conformación de un nuevo gabinete. Ojalá el Congreso no vuelva a decepcionar al país con una acción tan absurda como la tomada en la madrugada de hoy.
este congreso populista y demagogo lo pario vizcarra.
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