En una reciente nota periodística, el gerente de una de las AFP dijo que los fondos de pensiones se están recuperando más rápido de lo previsto.
Señaló, por ejemplo, que de los cuatro fondos que maneja el sistema privado de pensiones, el 1 y el 2 ya superaron con su positivo desempeño del segundo trimestre la pérdida que tuvieron en el primero, en tanto que el 3 ya borró dos tercios de la inicial caída. El fondo 0, caracterizado por ser el más conservador, no cayó en ningún momento, habiendo logrado pequeñas ganancias en ambos períodos.
La recuperación era previsible, teniendo en cuenta que aquellas pérdidas no tenían su origen en debilidades estructurales o malos manejos de la economía peruana, sino en el impacto que le ha provocado el específico asunto de la pandemia.
Quedaba claro, entonces, que la caída no podía ser permanente, porque la vacuna contra la enfermedad está cada vez más cerca y porque la economía, que pese a la dureza del golpe no ha perdido sus buenos fundamentos, ha entrado en una fase de reinicio de actividades.
Con la recuperación que ya se viene observando, y que se pone de manifiesto en retrocesos del PBI cada vez menores, es lógico que se incremente el entusiasmo de los inversionistas, volviendo a posicionarse en acciones y otros valores y activos. Es por eso que el índice general de la Bolsa de Valores de Lima, después de haber acumulado una caída de 34.04% desde fines del año pasado hasta el 3 de abril del presente, hoy ya registra una pérdida de solo 14.68%, tras haber crecido 2.2% en abril, 5.4% en mayo, 8.3% en junio y 3.76% en julio. Esa favorable evolución no solo disminuye las anteriores pérdidas de los fondos de pensiones, sino les permite volver a obtener ganancias.
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