Esto último ya ha ocurrido en parte, como lo demuestran las cifras de deterioro del empleo y los salarios, y como seguramente después lo confirmarán las de pobreza. Pero ahora se busca revertir el hecho, para que la recuperación en todos esos aspectos llegue lo más rápido posible.
Afortunadamente, la última experiencia en la materia, la apertura en la Fase 3, que supuso el reinicio de numerosas actividades desde julio, fue exitosa. Si bien al comienzo generó un recrudecimiento de los contagios, y lamentablemente, también de las muertes, luego entró en una etapa de mucho mayor control, gracias a la conducta responsable de la población y la mejorada respuesta de las autoridades.
Eso ha dejado expedito el camino para iniciar la Fase 4, con las actividades mencionadas en el recuadro adjunto. Entre ellas destacan la atención en comercios en general y restaurantes (con aforos del 60% en los primeros y 50% en los segundos), el transporte aéreo, transporte de pasajeros por vías marítima, lacustre y fluvial (exceptuando el servicio turístico), acceso a bibliotecas, museos, zoológicos, parques temáticos, operación de agencias de viaje y otras actividades desarrollables acatando el fundamental distanciamiento social y en las que se deberá observar rigurosamente los protocolos establecidos.
Así continúa el urgente proceso de restablecer la actividad productiva y la economía en general. Es indispensable llevarlo a cabo de la manera más sensata posible, para evitar a toda costa un funesto rebrote.
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