Ello ocurrió así en todos los niveles involucrados. La del gobierno nacional retrocedió 18.2%, la de los gobiernos regionales 6.4% y la de los gobiernos locales (municipalidades) 14.2%.
Felizmente, las cifras de los últimos meses indican que la situación, particularmente crítica a mediados del año (cuando en el marco de la casi total paralización de la economía tanto la inversión pública como la privada se redujeron dramáticamente), está comenzando a revertirse.
Muestra de ello es que en el mes de diciembre el indicador creció muchísimo frente al mismo mes del año previo, a la notable tasa de 21.5%. Y el avance seguirá ocurriendo en los próximos meses y a lo largo del año, pues la meta es que el PBI, del cual la inversión es un componente fundamental y un motor, crezca entre 10% y 11.5%.
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