Esos proponentes también sabían perfectamente que el sistema nacional de pensiones no opera igual que el sistema privado, pues mientras en este cada trabajador activo aporta e incrementa mensualmente (gracias a las inversiones de las AFP) su cuenta individual, en el primero (que es un sistema de reparto) su dinero ingresa a un fondo común, que no se acumula ni permanece disponible, sino se destina directamente al pago de quienes ya están jubilados. Allí, devolver dineros era imposible, pues habría implicado dejar sin recursos al sistema, obligar al Estado a cubrir el vacío y generar un enorme forado fiscal. Los proponentes lo sabían muy bien, pero eso no les impidió intentar su demagogia electorera, en el afán de ganar poder político y librarse de las múltiples acusaciones que por diversos delitos pesan sobre ellos.
El Ejecutivo ha planteado diversas alternativas para atender los requerimientos de los pensionistas del Estado, no solo durante esta crisis ocasionada por la pandemia, sino de manera permanente, para que puedan acceder a un monto mensual más adecuado sin poner en riesgo sus futuras pensiones. La solución tiene que ir por ese camino, técnico y bien evaluado, de parte de quienes conocen el tema pensionario y también el de las finanzas públicas, y no de congresistas que solo buscan ganar votos, y que con sus despropósitos le crearían graves problemas económicos al país.
Foto: TC
No hay comentarios:
Publicar un comentario