Este había insinuado que los grandes empresarios, con su individualismo, afán de lucro, egoísmo, prácticas especulativas y otras supuestas inconductas, son los culpables de los problemas económicos que padece el mundo, y de que millones de personas afronten dificultades.
Lógicamente, el periodista peruano Jaime Bayly estuvo en desacuerdo con esas absurdas afirmaciones, y así lo hizo saber en su sintonizado programa de la televisión de Estados Unidos, poniendo de forma magistral y categórica los puntos sobre las íes.
Así, hizo ver, por ejemplo, que la debacle argentina de los últimos setenta años tuvo muy poco que ver con el accionar de los empresarios, y muchísimo con los despropósitos perpetrados una y otra vez por políticos demagogos e ignorantes del tema económico.
Esos políticos, del partido peronista o de partidos o sectores ajenos (pero que llegados al gobierno no tuvieron el valor de desmarcarse radicalmente de los lineamientos económicos de esa nefasta ideología) son los únicos responsables de la situación de permanente crisis del gran país austral, que pasó de ser uno de los más ricos del mundo a inicios del siglo XX (como lo demostraba su ingreso por habitante) a ser apenas uno de media tabla latinoamericana, con tendencia a seguir cayendo (como nos lo está recordando la grave situación inflacionaria, recesiva y de deuda que hoy nuevamente padece).
el gordo baily es tu referencia o es mas un asunto del enemigo de mi enemigo es mi amigo?
ResponderEliminartu le das con todo a la argentina dia y noche, como si vivieras en suiza, cuando a la argentina no le ganamos casi en nada, da pena, nosotros 20 anios vendiendo piedras aun no podemos ni alcanzar a la argentina de los anios 40s...
recuerda que vives en peru no en japon o suiza.
Para empezar, deje de referirse al aspecto físico de las personas, a su raza, a su extracción socioeconómica, a sus ancestros o a cualquier otro aspecto irrelevante en una discusión seria. Esa manía a la que usted es tan afecto habla pésimo de su nivel cultural. Interesa un comino cómo sea Bayly físicamente. Lo que interesa es que en el vídeo demolió con verdades aplastantes al demagogo Alberto Fernández, verdades que también le encajan perfectamente a otros políticos izquierdistas que también destrozan países y luego tienen el descaro de atribuir el desastre a los empresarios o a cualquier otro enemigo inventado.
EliminarPor otro lado, nadie ataca a Argentina, pues el país como tal no tiene nada que ver en este asunto. Ese es un recurso de lo más pueril de quien no tiene argumentos. El ataque es específicamente al desastroso modelo económico heterodoxo (estatista, controlista y proteccionista) introducido a mediados del siglo XX por Perón (y lamentablemente mantenido por otros gobernantes, como los militares, Alfonsín y Macri), y que está conduciendo al abismo al país.
No interesa que no le ganemos a Argentina en nada, o que le ganemos solo en algunas cosas (por ejemplo en los resultados de la prueba Pisa, en estabilidad macroeconómica, en crecimiento, en reservas o calificación crediticia). Lo que realmente interesa es que la abismal diferencia que ese país le llevaba al Perú y a toda América Latina antes de la llegada del peronismo se ha reducido a niveles mínimos, o inclusive ha desaparecido cuando se compara con Chile, Uruguay, Panamá y Costa Rica, que hoy ya la superan en ingreso por habitante y otros indicadores del desarrollo. Como van las cosas, el mismo Perú (sí, vendiendo piedras) la superará en menos de diez años (o en menos de cinco, si allá se desata la hiperinflación que muchos prevén), tal como también superó y dejó muy atrás a Venezuela, otro país destrozado por un infame izquierdista con nulo conocimiento económico.
Y debería mencionar también que mucha de la demagogia de Alberto Fernández es el feminismo y la ideología de género. Con una pandemia encima saca la ley del asesinato de niños. Como si su país no estuviera colapsado con gastos excesivos y con hiperinflación se le ocurre crear el "Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidades", antro de burócratas inútiles que solo sirven para despilfarrar los pocos o nulos recursos del estado argentino, y que lo obliga a imprimir billetes aumentando la inflación.
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