En el cuadro se observa cómo, después de haber retrocedido en el segundo trimestre a la terrible tasa de 30% (mucho más que los demás países), en el segundo ya había logrado atenuar considerablemente su caída y emparejarse con casi todos sus vecinos regionales. Y esa favorable tendencia se ratificó en el último trimestre, en que decreció menos que tres de ellos.
Abundando en detalles, el primer gráfico permite ver que, gracias a esa rápida y favorable evolución, el índice de actividad del Perú fue, junto con el de Brasil, el primero en recuperar su nivel pre-pandemia.
El segundo gráfico, que muestra datos desestacionalizados (los que ya descontaron el efecto estacional y por ende permiten comparar meses consecutivos), también deja ver que el índice peruano (el señalado en rojo y el que más se derrumbó en abril y los meses siguientes del 2020) logró igualar en diciembre al existente en febrero, antes del arribo de la pandemia. Otra innegable evidencia de la recuperación reseñada.Además, y por si fuera poco, el BCR acaba de estimar que nuestra economía crecerá (rebotará) este año a la muy importante tasa de 10.7%. Es una cifra inferior a la estimada tres meses antes (11.5%), pero que de todas maneras permitiría, con su elevado nivel, que nuestra economía deje atrás la mayor parte del durísimo impacto pandémico.
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