Desde el año 2017 (solo suspendió su servicio ocho meses debido a la pandemia), el ferry Amazonas I viene prestando un importantísimo servicio de transporte en la ruta del caudaloso río Amazonas.
Es un servicio rápido, seguro, cómodo y económico, que les viene de maravillas a las decenas de miles de personas que viven en los numerosos centros poblados ubicados en el tramo de 486 kilómetros entre la capital loretana Iquitos y la fronteriza localidad de Santa Rosa (adyacente a la triple frontera de Perú, Colombia y Brasil).
La nave, de 35 metros de largo y 8 de ancho, y capaz de transportar 295 pasajeros, hace tres viajes de ida y vuelta por semana, parando en las localidades de la ruta (Indiana, Pebas, San Pablo y Caballococha).
Su diseño de catamarán, con dos quillas separadas, le permite tener un calado de menos de un metro, por lo que puede navegar sin problemas inclusive en épocas de vaciante (escaso caudal) del río. Y su gran velocidad, de entre 33 y 34 nudos (63 kilómetros por hora), le permite efectuar el largo recorrido en apenas ocho horas, tiempo mucho menor que el que emplean los viejos y lentos barcos que operan en la ruta brindando un servicio sumamente irregular.
De sus pasajeros, los 200 que viajan en la sección económica (ubicada en el primer nivel) gozan de un subsidio por parte del Estado. Los 95 restantes, correspondientes a la sección de mayor comodidad (ubicada en el segundo nivel), pagan la tarifa completa.
El ferry es operado por el Consorcio Fluvial del Amazonas, que en julio del año 2016 se adjudicó la concesión convocada por el MTC, y ahora pondrá en operación otro del mismo tipo, valorizado en unos 4 millones de euros (alrededor de S/ 17.8 millones). Es el Amazonas II, recién construido en España, que llegó a Iquitos hace un mes.
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