Así se comprueba en este gráfico del BCR, que mientras de un lado muestra los tipos de cambio de esas monedas elevándose rápidamente en marzo y abril del año pasado (indicando pérdida de su valor), del otro deja ver (en línea roja) al tipo de cambio del sol bastante estable.
Lamentablemente, el excesivo frenazo económico decretado por nuestro país dejó sentir luego sus negativos efectos, en variables tan importantes como la inversión extranjera y las exportaciones, que se redujeron considerablemente. Y eso impactó en el ingreso de divisas, y en el tipo de cambio, que por eso se mantuvo al alza mientras en los otros tres países comenzaba a disminuir.
Luego, ya en este año, llegó a América Latina la segunda ola de la pandemia, que ha vuelto a debilitar las monedas. Y en nuestro país se ha sumado a eso el nerviosismo por el proceso electoral que se viene llevando a cabo, y en el que sin duda la mayor preocupación estriba, como siempre, en la posibilidad de que haya cambios radicales en el modelo económico vigente desde el año 1990.
Debido a ello el sol, que hasta el año pasado había sido la moneda más estable en comparación con su nivel de diciembre del año 2018, es una de las que más se han debilitado en el transcurso de este año, en el que ha pasado de un tipo de cambio de 3.624 soles por dólar a uno de 3.763 al cierre de marzo. Por eso en el gráfico su índice es 12% mayor que el del momento inicial.
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