Y estos nos dicen lo ínfima que fue el año pasado debido a la pandemia, y la virtual paralización económica a la que obligó al país. Como se aprecia en el gráfico, en el segundo trimestre, el más crítico, no solo no llegó, sino salió, por un monto de US$ 490 millones. La cifra negativa continuó en el tercer trimestre, aunque con un nivel de gravedad bastante menor. Luego, en el cuarto, por fin hubo un ingreso neto.
Felizmente, en el primer trimestre de este año ha habido un dato excelente, de nada menos que US$ 3,370 millones, que arribaron con la confianza en la clara recuperación que el Perú venía experimentando, así como por el inicio del proceso de vacunación y las alentadoras perspectivas globales, reflejadas en excelentes precios de nuestros productos de exportación. Los grandes proyectos comenzaban a mostrar signos de reactivación, en todos los sectores.
Lamentablemente, el resultado electoral, al estar implicando la posibilidad de un insensato cambio de rumbo, ha ensombrecido las perspectivas, haciendo altamente probable que las cifras para los siguientes trimestres vuelvan a una tendencia declinante. Ojalá no se cometa ese grave e imperdonable error.
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