En realidad, no dice nada nuevo, pues eso se sabe desde siempre. Lo interesante es que lo hace apelando a las propias ofuscadas palabras vertidas anteayer por Díaz Canel, actual sucesor de los tiranos Castro, cuando salió a condenar furiosamente las multitudinarias marchas en las que cientos de miles de personas, además de quejarse de la desastrosa situación económica, exigieron, bajo el lema "Patria y Vida" (opuesto al fanático "Patria o Muerte" del régimen), libertad y democracia.
Haciendo un llamado a los militantes del totalitario partido único para que den una "respuesta revolucionaria" (léase aplasten) a quienes se atrevan a invocar los derechos más elementales, y haciendo otros planteamientos absurdos, el referido sujeto se puso en evidencia y dejó claro lo que es: un vulgar tirano, idéntico a quienes lo antecedieron.
Eso lo explica magistralmente Rallo. Ojalá Cuba se libre pronto de esa pesadilla, y que lo propio ocurra en todos los países que han incurrido en el despropósito de tomar como ejemplo a esa desgracia de régimen.
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