Hoy, la moneda símbolo de ese sistema, el dólar, está siendo el tanque de oxígeno que impide el total colapso de la economía de Venezuela, y salvando de la miseria más abyecta a la población, cuya moneda quedó pulverizada por el "Socialismo del Siglo XXI" que Chávez engendró.
En Argentina, su socia política e igualmente demagoga Cristina Fernández (actual vicepresidenta) se pasó las últimas décadas criticando al capitalismo como sistema político y económico, casi en el mismo tono y con la misma virulencia que el venezolano.
Hoy, al ver que la mayoría de la población ya no cree en sus trasnochados argumentos peronistas, heterodoxos, estatistas, controlistas, proteccionistas y mercantilistas (y más bien desea que el país dé un giro radical hacia las libertades y la apertura al mundo), se está viendo obligada a efectuar un asombroso cambio de discurso.Tan grande está siendo la influencia de @JMilei que incluso Cristina Fernández de Kirchner se ha vuelto pro-capitalista.
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) October 18, 2021
¡Lo que llega a hacer la desesperación por retener el poder! pic.twitter.com/Hk8U5zLstH
Por eso en este vídeo se le escucha hablar sin ningún problema (y frente a partidarios bastante fanáticos que muy probablemente se hallaban atónitos) de "la derrota del campo socialista y el triunfo del capitalismo", y decir que "el capitalismo ha demostrado ser más eficiente que el socialismo (o colectivismo, o comunismo, o como se le quiera llamar)". Y como para que no queden dudas termina resaltando que "el muro de Berlín se cayó porque los que estaban en el lado comunista querían consumir lo mismo que los del lado capitalista". "Good bye, Lenin" dice, recordando una película que habla sobre el tema. Todo un reconocimiento del fracaso en que suelen terminar las políticas económicas en las que el Estado hace y decide todo.
Allí, donde su partido (el peronista) es el principal responsable del indetenible declive económico que viene ocurriendo desde hace setenta años, muy probablemente el capitalista dólar también terminará como moneda oficial, pues ya nadie quiere al peso, pulverizado a punta de grandes inflaciones crónicas e hiperinflaciones, nacidas de políticas económicas repletas de la demagogia y el populismo típicos del socialismo.
esto demuestra que la batalla por las ideas es clave. El objetivo debe ser que se haga sentido común que el estado es el problema
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