La demanda externa contribuyó a este buen resultado, pues las exportaciones aumentaron 4.2% en términos reales (las tradicionales cayeron 1.6%, pero las no tradicionales se incrementaron 16.4%).
Los sectores de mayor expansión en agosto fueron dos de los que más habían sufrido con la pandemia y ahora se hallan en una vigorosa recuperación: Transporte, Almacenamiento, Correo y Mensajería, y Alojamiento y Restaurantes. Asimismo crecieron considerablemente la Construcción, Servicios Prestados a Empresas y la importantísima Manufactura. Igualmente, avanzaron bien los sectores Comercio, Minería e Hidrocarburos y Agropecuario. Solo cayó la volátil Pesca, que tiene su propia dinámica, y felizmente no impidió el avance manufacturero.
Con ello, los sectores que más vienen aportando hasta agosto a la gran recuperación que se observa son Construcción (con 3.33 de los 18.59 puntos logrados por el PBI), Manufactura (3.17) y Comercio (2.76).
Los que menos lo vienen haciendo son Electricidad, Gas y Agua, Agropecuario y Pesca. Ya ninguno está siendo un freno al avance.Así las cosas, y a la luz del fuerte impulso que está mostrando, todo indica que nuestra economía culminará el año con una tasa de expansión que le permitirá cubrir totalmente, más rápido que muchos países de la región, la gran pérdida del año pasado, no obstante que esta fue bastante mayor. Una razón adicional para continuar confiando en las bondades del modelo que así lo hace posible, sin buscar desvirtuarlo ni desmantelarlo.
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