Mientras la gente de Perú Libre insista con ella, manteniendo latente la amenaza de políticas estatistas, controlistas, proteccionistas y populistas (y de expropiaciones, desconocimiento de contratos y rigideces laborales), como las que ya fracasaron aquí y en todas partes del mundo, la inversión privada llegará en cantidades ínfimas, no llegará, o más bien fugará, al ver que ya no existen las condiciones que existieron en las tres últimas décadas, y sí muchos riesgos. Los miles de millones de dólares que con el modelo actual prevén llegar al Perú en proyectos de todo tipo en todos los sectores, dejarán de hacerlo.
Si eso ocurre, se afectará gravemente la capacidad de producir y exportar. Y ello, además de impactar terriblemente en el empleo, generará la escasez de dólares, haciendo que el tipo de cambio se dispare, disparando a su vez la inflación, el fenómeno más destructivo de la capacidad de compra de las personas, y por ende el más empobrecedor. Lo ocurrido en los últimos meses no será nada frente a lo que podría ocurrir. De nada servirá tener a un gran técnico como Velarde haciendo el mejor trabajo en el BCR si paralelamente, y con propuestas trasnochadas y absurdas para desmantelar el modelo, la política general del gobierno sabotea todo su esfuerzo.
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