Entre los créditos empresariales, la tasa discurrió entre el 2.96% de la corporativa (apenas superior a la de referencia que establece el BCR, situación explicable por el muy bajo riesgo implicado) y el 32.51% de las microempresas. La de los créditos hipotecarios fue 6.85%.
Todos los datos reseñados fueron menores que el correspondiente promedio histórico desde diciembre del año 2010, reflejando la delicada coyuntura, que obligó a establecer un marco financiero especial.
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