La inversión extranjera directa (IED), aquella que arriba desde otros países para participar principalmente en proyectos de largo plazo, siguió recuperándose en el Perú en el cuarto trimestre de del año 2021, luego de un pésimo segundo trimestre.
El monto de tal período ascendió a US$ 2,095 millones, con lo cual el de todo el año llegó a US$ 7,514 millones (cabe señalar que el BCR acaba de cambiar su metodología para medir el flujo, y que si se considerara la anterior el monto total del 2021 bajaría a US$ 6,223 millones).
La cifra en alza frente a los niveles de los últimos trimestres refleja la reactivación tras la pandemia, la reanudación de importantes proyectos y el avance del proceso de vacunación y las alentadoras perspectivas globales, traducidas en altos precios de nuestras exportaciones. Pero su debilidad frente a anteriores épocas de normalidad denota el negativo impacto del mensaje y las propuestas del actual gobierno, que generan nerviosismo entre los agentes económicos. Sin esa incertidumbre, los montos podrían estar siendo mucho mayores, habida cuenta de los sólidos fundamentos de nuestra economía, que resulta muy atractiva para la IED, y del excelente panorama global.
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