Ciertamente no es una buena noticia para nuestro país, aunque se compensa de alguna manera con la baja de precios (aunque todavía no tan pronunciada) de varios importantes alimentos y otros productos que importa. El del trigo, por ejemplo, ha disminuido 10.4%, y el del aceite de soya está cerca de retornar a su nivel de fines del año pasado. El del petróleo tambien ha comenzado a bajar, pero todavía es casi 40% más alto.
Eso significa que nuestro país ralentizará su crecimiento exportador, pero a la vez verá desacelerarse la inflación, el problema que más malestar viene causando en nuestra economía.
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