Es una conducta que no sorprende en absoluto, de apañamiento y defensa incondicional de impresentables como Pedro Castillo, que comulgan con sus nefastas y totalitarias ideas políticas, económicas y sociales. Una conducta cómplice que lógicamente también practican sujetos tan cuestionables como el mexicano López Obrador, el boliviano Morales, el venezolano Maduro, el argentino Fernández y el nicaragüense Ortega, todos obsesionados con crear, bajo los auspicios del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, regímenes tan nefastos como los que ya destrozaron, en todos los aspectos, a Cuba y Venezuela.
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