Para ello se horadará la costa, propiciando el ingreso del mar a esa amplia zona contigua. Ello hará posible construir allí el quinto amarradero del puerto, que con sus 300 metros de largo y su profundidad de 14 metros podrá atender, con grúas pórtico, grandes buques portacontenedores. De esa manera allí quedará conformado, en conjunto con el amarradero actual, un frente de atraque de más de medio kilómetro de largo.
Pero eso no se hará pronto, sino en el largo plazo, cuando el puerto cumpla una de estas tres condiciones en los veinte años desde aquel en que se firmó el contrato: movilice 1.8 millones de toneladas de concentrados de minerales, o de fertilizantes y/o soya, o alcance una ocupación promedio de los muelles del 65%.
Foto: MTC
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