La entidad, que recibió la luz verde en una ceremonia encabezada por la presidenta Boluarte, permitirá aumentar la inversión pública, elevar la competitividad nacional y cerrar las brechas sociales y reducir la pobreza, acorde con los objetivos del desarrollo.
Gracias a ella se podrá mejorar los niveles de gestión, incrementando significativamente el nivel de ejecución del presupuesto público, que hoy solo bordea el 70% a escala nacional y el 60% a escala regional, porcentajes que no contribuyen suficientemente al cierre de las inmensas brechas sociales existentes. Existe un impresionante número de obras aún no iniciadas o paralizadas, que generan un multimillonario déficit de infraestructura de todo tipo (carreteras, caminos vecinales, puentes, defensas ribereñas, colegios, centros de salud, sistemas de agua y saneamiento, pequeños embalses, etc).
En virtud de su buen manejo económico, el Perú dispone actualmente de recursos más que suficientes para que el sector público ejecute un gran número de obras. Lamentablemente este, especialmente por una incapacidad técnica en los gobiernos regionales y locales que les dificulta tener proyectos bien elaborados, no viene cumpliendo adecuadamente la función que le corresponde en dicho proceso, y gran parte del dinero termina retornando a las arcas fiscales. La desidia y la corrupción son otros factores en contra.
La ANIN, apelando a los mejores modelos contractuales y a personal capacitado, trabajará estrechamente con esas instancias de gobierno, para que eleven la calidad de sus proyectos y de esa manera logren ejecutar la totalidad de lo previsto, ayudando a solucionar el problema.
Foto: Presidencia
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