En ella, su zona de vuelos internacionales (aquella visible con dos pisos construidos) tendrá cuatro salas de embarque en un área de 10,800 metros cuadrados (m²) en la que habrá vestíbulos de salida y llegada, áreas para los procesos de control de seguridad de salidas, migraciones y controles de pasaporte. La de vuelos nacionales (la de menor avance por haberse iniciado con posterioridad) tendrá ocho salas, en un área de 25,000 m². La terminal tendrá un total de once puentes o mangas de embarque (ocho nacionales y tres internacionales).
Esta última muestra, además, que el enorme terreno contiguo está quedando totalmente nivelado, y por ende expedito para que pronto se inicie la pavimentación de la pista de aterrizaje, al igual que las de las calles de rodaje y plataformas. Allí también se está dando pasos previos a la cimentación de la torre de control.
El aeropuerto cusqueño, destinado a ser el segundo más importante del país tras el Jorge Chávez, está demandando una inversión de S/ 2,553 millones (US$ 670 millones al tipo de cambio actual). Para poder llegar a él habrá un acceso vial de 7.5 kilómetros de largo. Este, a ser ejecutado mediante el mecanismo de obras por impuestos, y cuya construcción será convocada a más tardar en diciembre, requerirá una inversión de S/ 446 millones (US$ 117 millones).
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