Su nivel varía por efecto de la evolución de los diversos flujos del sector externo: comerciales y de servicios, inversión extranjera, remesas y otros factores que inciden en la balanza de pagos (cuyo saldo se traduce en la variación de las reservas), todos los cuales, a su vez, se ven influidos por lo que ocurre en el panorama global, por ejemplo lo visto a partir de la brutal invasión de Rusia a Ucrania.
Como lo dicen estos datos, publicados por los respectivos bancos centrales, la mayoría de países de la región consignan montos mayores a los de fines del año pasado. Pero varios lo han disminuido, siendo notorio el caso de Argentina, que (habiéndolas disminuido 16% en octubre) ya solo posee la mitad frente a las de aquel momento.
Brasil, con US$ 340,273 millones, es el indiscutible líder regional, superando por una gran diferencia a México.
A nuestro país le siguen, a gran distancia, Colombia, Chile y Argentina, que al haber disminuido 16% su monto en octubre frente a septiembre ahora solo posee la mitad de reservas que a finales del año pasado.
Cabe señalar, además, que el dato de este último país no es comparable con los demás, pues se refiere a las reservas brutas, de las cuales hay que restar los grandes pasivos a corto plazo de su banco central, resultando un monto neto mucho menor, que refleja su muy precaria posición financiera y es una de las causas de la enorme debilidad de su moneda. Si se considerara la cifra de reservas netas que estiman los especialistas (negativas según algunos), figuraría entre los últimos de esta tabla.
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