Esta vez la demanda externa no contribuyó, pues las exportaciones disminuyeron 2.8% en términos reales (las tradicionales avanzaron 0.5%, pero las no tradicionales cayeron 11.6%).
Siete sectores cayeron en septiembre. Los de peor performance fueron Construcción (que con ello impactó en varios otros), la importantísima Manufactura, el Agropecuario y Financiero y Seguros. La Pesca y la muy importante Minería e Hidrocarburos accionaron en el sentido opuesto, creciendo a gran ritmo.
Con esos datos, Minería e Hidrocarburos se encumbra como el principal aportante al dato global en lo que va del año, con 1.05 puntos. Le siguen Otros Servicios (0.53) y Comercio (0.30).
En el lado opuesto, Manufactura se constituye en el principal responsable de la caída global de 0.63 puntos, al estar restando 0.86 al cómputo. Le siguen Construcción (0.61) y Financiero y Seguros (0.53).
Los datos, uno tras otro, han ido confirmando que este año no será nada bueno, pues en el mejor de los casos se conseguirá un avance nulo o muy modesto. La situación productiva, que comenzó negativamente con la incertidumbre provocada a inicios del año por la violencia de los radicales, ha continuado complicada debido a un ruido político que no cesa, y que ha desincentivado la inversión privada. A ello se agrega el factor climático, que amenaza continuar afectando a sectores como la agricultura y la pesca, y con esta última también a la importante parte de la manufactura que se le vincula.
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