Así le va en producción, inflación, tipo de cambio, finanzas públicas, reservas, inversión extranjera, deuda externa y otros temas claves.
Se puede ver, por ejemplo, que el PBI, que por la violencia y zozobra política, y luego por los fenómenos naturales, había registrado cifras negativas la mayor parte del año, cerró este con un leve retroceso.
Felizmente, la inflación se ha seguido desacelerando, y al haber retornado a su rango meta está permitiendo que el BCR siga reduciendo su tasa de referencia, para apuntalar la actividad productiva.
Con Castillo los números estaban mejor. Innegable.
ResponderEliminarEl golpista y delincuente Castillo fue el que propició, junto con sus sandeces de cambiar la Constitución y demás propuestas absurdas avaladas por sus socios caviares y prochavistas, la inquietud y el derrumbe de la inversión privada. No en vano las tres agencias calificadoras nos bajaron el dedo, poniendo fin a veinte años en los que el Perú solo había tenido mejoras. La confianza perdida en ese nefasto período es difícil de recuperar, pues la inversión no se planea de un día para el otro, sino en el largo plazo, y luego de evaluar si hay algún otro tipejo tan impresentable como Castillo dando vueltas en el escenario electoral. Es obvio que Dina no es la panacea, pero por lo menos constituye un avance frente al tipejo de marras. Con ella, por lo menos ya no se habla de la extrema insensatez de cambiar la Constitución para implantar una que los sátrapas Maduro y Evo firmarían entusiastamente.
EliminarEscribió bastante para decir que comparte mi observación. Saludos cordiales.
EliminarNo. El texto largo fue para desmentir su afirmación, necia y basada en la nada, de que con el golpista y delincuente Castillo la situación estaba mejor. Ese sujeto encontró cifras económicas mediocres pero aceptables, y con sus disparatadas y nefastas propuestas, secundadas por sus socios izquierdistas, que las apañaron obsecuentemente, se encargó de hundirlas. Esa fue su herencia. La caída de la inversión privada, el deterioro de la calificación crediticia internacional, el decaimiento de las expectativas empresariales y el empeoramiento de la mayoría de las variables fundamentales fueron consecuencia de la gestión de ese impresentable, que se pasó la totalidad de su nefasto gobierno amenazando con cambiar la Constitución y el modelo económico, estatizar (con la complicidad de su desinformada y obsecuente premier Mirtha Vásquez) las mineras , desaparecer las AFP, etc. Por si fuera poco, cuando fue apresado con toda justificación por el golpe de Estado que perpetró (y que ahora niega cobarde y cínicamente), tuvo el desparpajo de promover la violencia, en busca del tráfico de cadáveres en el cual la izquierda radical es especialista. El país todavía no se sacude totalmente de los efectos de esa desastrosa gestión, apañada por quienes habían querido llevar al Perú por el conocido catastrófico camino de la izquierda radical latinoamericana. Pero todo indica que este año ya habrá un crecimiento moderado, que pondrá fin a la negra etapa castillista, en que la izquierda radical, con toda su pléyade de prontuariados, ignorantes, filosenderistas, filonarcotraficantes y cómplices y apañadores de sátrapas latinoamericanos, estuvo en el poder.
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