Ese desastre es consecuencia del heterodoxo modelo estatista, mercantilista, controlista y proteccionista que el país ha transitado desde mediados del siglo pasado, que se alejó de las reglas de oro de la economía y se decantó por el populismo y la demagogia.
Para hacerle frente el gobierno ya ha dictado en su cortísima gestión importantes medidas, que han reducido considerablemente el déficit fiscal y frenado la demencial emisión monetaria.
Pero para tener éxito total en ese objetivo de ajuste y saneamiento está planteando muchas iniciativas adicionales. Iniciativas que impliquen un giro de 180 grados sobre el actual modelo de interminable declive y lo enrumben por el camino del liberalismo económico (el mismo que ha propiciado la mejora de todos los países donde ha sido aplicado, incluida la propia Argentina de fines del siglo XIX e inicios del XX).
Un ejemplo de esas propuestas son las "leyes anticasta" planteadas (ver minuto 42:22) en su discurso, como parte de las cuales se pretende barrer muchas de las malas prácticas existentes en el sistema político y económico del país, y que le drenaban enormes recursos al fisco, imponían graves distorsiones en el proceso económico, alentaban la corrupción y generaban otros males.
Otro es el emplazamiento (minuto 57:02) para que todos los actores políticos se definan ante el tema y firmen en mayo un inquebrantable pacto y compromiso de respetar, ahora y en todo momento, diez principios fundamentales, en defensa de las libertades y la racionalidad económica y para que Argentina, dejando de lado su difícil situación actual, pueda volver a ser la gran nación que alguna vez fue.
Excelentes medidas, como la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, eliminación del INADI y todas esas cosas inútiles y sin sentido, que solo originaban gastos al Estado.
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