Costa Rica es el más destacado, con una de -0.03%. Le siguen Panamá, Ecuador, El Salvador y el Perú, todos con una menor al 3%.
En el extremo opuesto de la tabla, los más agobiados son Venezuela y Argentina. El primero lo está con una tasa que, no obstante su sostenida baja (por la dolarización de una gran parte de las transacciones), sigue siendo muy grande, y por ende muy destructiva del salario real.
El segundo, por su parte, lo está con una tasa anual de 271.53%, que pese a su enormidad implica reducción frente a la registrada el mes anterior (276.41%), en una secuencia que sin duda continuará, de la mano de las radicales pero indispensables medidas que está poniendo en práctica su gobierno liberal. El proceso no está exento de problemas, como lo prueba el hecho de que la tasa mensual de junio (4.58%) ha resultado levemente mayor que la de mayo (4.18%).
Esa favorable evolución estuvo siendo aprovechada por el BCR, reduciendo sostenidamente su tasa de interés de referencia para apuntalar la actividad productiva. Pero dado que esta ya viene caminando bastante bien por sí sola, ha dejado de hacerlo.
El país más grande de la región, Brasil, tiene a la fecha una tasa anual de 4.23%, México una de 4.98% y Chile una de 4.19%. Colombia dejó atrás hace varios meses los dos dígitos, pero mantiene una tasa poco recomendable.
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