El proyecto de Chancay está dejando de ser meramente una imponente obra en construcción, y va camino a nacer como una espléndida infraestructura económica, una de las principales del país.
Obviamente, eso tendrá lugar plenamente en noviembre, cuando se lleve a cabo la histórica ceremonia de inauguración, y mucho más cuando se inicien las operaciones regulares, con grandes buques llegando directamente desde Asia, en enero o febrero del próximo año.
Pero ya están teniendo lugar importantes actos preparatorios, que están constituyendo antesalas de ese anhelado momento. Tal cosa viene ocurriendo, por ejemplo, en el ámbito administrativo, con diversas disposiciones oficiales que están allanando el camino y dejando todo expedito.
Así, en junio Migraciones anunció la creación de un puesto de control migratorio, indispensable en un lugar de tan continuo y masivo arribo de tripulaciones extranjeras. Este dependerá de la jefatura zonal del Callao de la entidad.
Y ahora la Dirección de Capitanías (DICAPI) acaba de determinar que el puerto se convierte en la más flamante Zona de Practicaje Obligatorio Marítimo del país, la número 12 (ZPM12). En ese marco de cosas, deberá disponer de un mínimo de ocho prácticos (personas que asesoran al capitán del buque para atracarlo, desatracarlo, movilizarlo y conducirlo dentro de la zona portuaria, en condiciones de seguridad de la vida humana, la nave y las instalaciones portuarias, así como de prevención de daños al ambiente y la ecología).
Todo va enfilando, como vemos, hacia dicho momento, cuando inicie su paulatino pero indetenible proceso de convertirse en un enorme puerto peruano y en hub de la costa oeste sudamericana, es decir, en el principalísimo punto de conexión de esta parte del mundo con Asia.
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