Ello está ocurriendo gracias a la colocación del cemento y el asfalto que permitirán volver a poner al servicio de la zona sus pistas, bermas y veredas, estas últimas ahora albergando los flamantes puntos de acceso, ascensores y salidas de seguridad del gran recinto subterráneo.
Lamentablemente el muy desagradable, descuidado y caótico entorno, donde las múltiples construcciones sin tarrajeo ofrecen un espectáculo enormemente deprimente, no está en absoluto a la altura de lo que se viene gestando subterráneamente.
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