Los dolarizados Panamá, El Salvador y Ecuador son los más destacados en el tema, con tasas ínfimas que revelan una de las más importantes ventajas de hallarse en esa peculiar situación monetaria.
En el extremo opuesto de la tabla, los más agobiados (pero con perspectivas diametralmente opuestas) son Venezuela y Argentina. El primero nuevamente ha ingresado a una espiral de elevación de precios, razón por la cual (fiel a su costumbre de ocultar realidades desagradables) desde noviembre del año pasado ya no publica cifras.
Argentina, en cambio, se halla en un trance de innegable desaceleración, lo que se refleja nítidamente en la acentuada caída de su tasa anual. El dato mensual de marzo fue decepcionante, pero no afecta en nada la alentadora tendencia general que se observa, y que está basada en los sólidos fundamentos que el gobierno ha establecido.