Los dolarizados Panamá, El Salvador y Ecuador son los más destacados en el tema, con tasas ínfimas que revelan una de las más importantes ventajas de hallarse en esa peculiar situación monetaria.
En el extremo opuesto de la tabla, los más agobiados (pero con perspectivas diametralmente opuestas) son Venezuela y Argentina. El primero nuevamente ha ingresado a una espiral de elevación de precios, razón por la cual (fiel a su costumbre de ocultar realidades desagradables) desde noviembre del año pasado ya no publica cifras.
Argentina, en cambio, se halla en un trance de innegable desaceleración, lo que se refleja nítidamente en la acentuada caída de su tasa anual. El dato mensual de marzo fue decepcionante, pero no afecta en nada la alentadora tendencia general que se observa, y que está basada en los sólidos fundamentos que el gobierno ha establecido.
El país más grande, Brasil, tiene a la fecha una tasa anual de 5.48%, México una de 3.80% y Chile una de 4.87%.
Bolivia, reflejando el descalabro que está generando su estatista política económica, no deja de descender en esta tabla y, con una altísima tasa mensual en marzo y una anual que casi llega al 15%, ya es el tercer país más inflacionario. Las barbaridades ideológicas instauradas allí por el nefasto Evo Morales y su gente se están dejando sentir de muy mala manera en el fundamental indicador, directamente vinculado con el grado de bienestar de la población.
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