El Banco Mundial ha sacado a la luz, hace apenas tres días, un valioso documento de estudio sobre el desarrollo, en el que destaca un interesante indicador, denominado Índice de Oportunidad Humana (IOH).
Según el estudio, el futuro de las personas está trazado por circunstancias personales que abren o cierran el acceso a los servicios necesarios para una vida productiva, como el agua potable, el saneamiento, la electricidad o la educación básica.
Gran parte de esas circunstancias se producen en la niñez, limitando o potenciando las oportunidades futuras. Ellas son la raza, el género, el lugar de nacimiento, la educación de los padres y la educación del padre.
Es función de la política del desarrollo minimizar los efectos de esos factores limitantes y propiciar la ampliación de las oportunidades.
Lo que hace el IOH es medir (en forma de porcentaje) cuántas oportunidades están disponibles, es decir, la tasa de cobertura de un servicio básico, y qué tan equitativamente están distribuidas estas oportunidades. Cuanto más cerca de 100% está el IOH, significa que mayores oportunidades humanas existen.
Todo crecimiento de la cobertura de un servicio básico a nivel nacional mejorará el índice. Lo mejor de todo es que si ese aumento de la cobertura se orienta hacia un grupo con menos ventajas (por ejemplo, niños en una región pobre o con padres de menores ingresos), la desigualdad de oportunidades se reducirá más que proporcionalmente, lo que hará que el índice mejore más que proporcionalmente.
El país que ofrece las mejores oportunidades para sus habitantes es Chile, que alcanza un IOH de 91%. Argentina, con un índice de 88%, también es un país destacado en la materia.
Luego siguen, Costa Rica, Venezuela y Uruguay.
México figura en el sexto puesto, con un IOH de 82%, en tanto que Brasil se halla bastante más atrás, con uno de 72%.
El Perú, si bien ha sido de los países que más avance han tenido en la última década, aún se halla muy rezagado frente a los más importantes de la región, con un IOH de apenas 66%, que revela que aquí las oportunidades todavía escasean para los más desfavorecidos.
Cierran la lista cuatro países centroamericanos, de los cuales Nicaragua es el que exhibe el indicador más deficiente.
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