Una interesantísima nota de opinión publicó hoy el diario La República. En ésta, titulada El FMI en San Marcos, el periodista Augusto Álvarez Rodrich señala varios aspectos en los cuales nuestro país mostró, desde los nefastos años 70 y 80 hasta hoy, una notable evolución.
Menciona, por ejemplo, lo ocurrido con algunas variables económicas, como el tipo de cambio (en esa época el valor de nuestra moneda se hacía agua entre los dedos), el agobiante problema de la deuda externa (multimillonaria, y que parecía no tener solución), la catástrofe económica del primer gobierno de Alan García (frente a la cual éste no tuvo mejor idea, tal como se acostumbraba en esa época de estatismos desaforados, que culpar al FMI y a la comunidad financiera internacional), y, por último, lo acontecido en la principal universidad estatal del país, San Marcos, tomada entonces por ideologías de extrema izquierda, para las cuales el FMI no era otra cosa que el máximo representante del imperialismo y la encarnación de todos los males y padecimientos en materia económica.
Afortunadamente, desde esa época de pesadilla hasta hoy, nuestro país evolucionó, y de manera sorprendente. Tal como bien lo señala Álvarez Rodrich, no sólo lo hizo en el tema de las variables y de la macroeconomía en general, y en la ideología del presidente (quien dejó atrás su época de "troglodita económico" y se encaminó por la ruta de la racionalidad y el sentido comun), sino también de la propia San Marcos, que dejó de ser el antro extremista que era y se convirtió en una universidad en la que ya se puede estudiar sin temor, inclusive las corrientes económicas como las que el propio director gerente del FMI, quien hoy dará una conferencia allí, encarna.
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