Un contundente 57% de ellos piensa que la capital del país se acerca rápidamente, en cuanto a su nivel de desarrollo, a las principales metrópolis latinoamericanas. Inclusive, un aún más optimista 10% considera que ya está en un nivel comparable.
Dejando de lado a Lima, la encuesta de esta semana se centra en la ciudad de provincias que podría estar posicionada en el año 2030, como la segunda urbe peruana. Si usted desea, puede contestarla.
Es bueno tener optimismo (el cual es justificado por el excelente momento que vive nuestra economía), pero es exagerado decir que estamos muy cerca de alcanzar a estas urbes o -más aun- que estamos en un nivel comparable. Hay que conocer de cerca Santiago para ver que aun nos lleva muchos años de diferencia.
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