Con los datos recién difundidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su publicación La Inversión Extranjera Directa 2011, hoy tenemos el ranking regional acerca de este importantísimo indicador.
Como se sabe, a los países llegan dos tipos de inversión. Una es la denominada inversión de cartera, que se dirige a la adquisición de valores negociables (acciones, bonos y otras obligaciones) e instrumentos del mercado monetario, y que no persigue fines de control empresarial ni de permanencia prolongada en el país, sino exclusivamente el de obtener una adecuada rentabilidad financiera.
La otra es la inversión extranjera directa (IED), que más bien llega para involucrarse en el control accionario de empresas (se considera IED a la que involucra más de 10% del capital social), y mantenerse en el país. Este tipo de inversión se radica para desarrollar proyectos productivos, que crean nueva infraestructura y capacidad instalada, y generan empleo estable y formal. Por dicha circunstancia, que además se refleja en el producto bruto interno (pues complementa a la inversión privada nacional y a la inversión pública) los países se afanan en captarla e incrementarla.
La información, correspondiente al año 2011, señala que América Latina recibió dicho año el mayor monto de IED de su historia, además de haber sido la región con el mayor crecimiento del indicador. Esta favorable evolución, que se explica, entre otras cosas, por el fuerte dinamismo de las economías (que atrae capitales) y los altos precios internacionales de las materias primas (que incentiva los proyectos para su extracción y procesamiento), continuaría en el 2012, salvo que factores exógenos, como un agravamiento de la crisis europea, afecten el flujo.
Los datos también nos dicen que Estados Unidos continúa siendo el primer inversionista en la región, con 18% del total, seguido por España (14%), la propia América Latina (9%) y Japón (8%).
Brasil es el país que capta más IED. En el 2011 recibió nada menos que US$ 66,660 millones, con un notable crecimiento de 37.4% respecto del año anterior. El 46% de la cifra se destinó a la industria manufacturera.
México se ubicó en el segundo lugar, con un decrecimiento de 3.8% que lo deja casi al alcance de su inmediato seguidor, Chile.
Nuestro vecino del sur destaca nítidamente en esta materia, al colocarse en tercer lugar, pese a ser solo la sexta economía más grande de la región. Sus notables US$ 17,299 millones, record histórico, convierten a su ratio IED/PBI, de 7%, en uno de los más altos de la región, solo por detrás de los de Nicaragua (13%) y Panamá (9%). El 61% de dicha inversión se destinó al sector primario, especialmente minería de cobre.
Colombia superó a nuestro país y lo dejó muy atrás, al registrar un notabilísimo crecimiento de 91.8%, que le permitió llevar su cifra hasta US$ 13,234 millones, nivel sin precedentes en su historia. El muy dinámico sector petrolero fue, con 40% del total, el mayor receptor de dichos capitales.
El Perú se ubicó quinto, con un monto de US$ 8,233 millones, 2.6% menor que el del año anterior (US$ 8,455 millones), que se constituyó en record histórico. Sin duda, la incertidumbre pre y post electoral afectó nuestro flujo de inversiones, aunque afortunadamente no de manera dramática. Muy probablemente, la situación se revertirá en el 2012, al haberse restablecido la confianza. La mayor parte de la inversión se destinó a la minería, así como a la reinversión de utilidades.
Argentina, tercera potencia latinoamericana, continuó por detrás de nuestro país, con un flujo de inversiones que solo creció 2.7%. Su heterodoxa política económica, que impone diversas restricciones a la inversión extranjera, se está haciendo notar en estos números, que sin duda se agravarán como respuesta a la decisión de estatizar, de manera bastante arbitraria, la empresa petrolera YPF.
La lista de los siete grandes latinoamericanos la cierra Venezuela, que registró un vertiginoso crecimiento de casi 340% en el flujo de estos capitales. Allí, todo el monto se explicó por la reinversión de utilidades y préstamos entre filiales, pues las aportaciones de capital continuaron siendo negativas. Con ello, su monto total alcanzó los US$ 5,302 millones. Lógicamente, en este país el porcentaje más amplio de IED (65%) fue a parar al sector petrolero.
Otros países que alcanzaron notables crecimientos del indicador fueron El Salvador y Ecuador (229.1% y 145.9%, respectivamente). Nuestro vecino del norte continúa registrando, sin embargo, un monto muy inferior al de economías mucho más pequeñas que la suya.
El último de la lista es Paraguay, que no solo mostró una cifra bastante modesta, sino que además registró una sustancial reducción (de 34.6%) en la cantidad recibida.
Nota: el texto y el cuadro de la presente nota fueron editados el día 12 de mayo, para tener en cuenta las cifras revisadas para el Perú, publicadas por el Banco Central de Reserva.
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