Julio, mes de las festividades patrias, no ha representado un buen mes en materia inflacionaria. En efecto, en dicho período el Índice de Precios al Consumidor, al haber registrado una variación bastante apreciable (0.53% en el caso del IPC a Nivel Nacional y 0.55% en el del IPC de Lima Metropolitana), ha sobrepasado el límite superior del rango meta establecido por el Banco Central de Reserva (BCR), de entre 1% y 3% para el período anual.
Con dicho elevado dato, la tasa inflacionaria anual llega ahora a 3.08% en el caso del IPC a Nivel Nacional y a 3.24% en el del IPC de Lima Metropolitana.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la cifra de julio se explica por la notable alza (cercana a 1%) en los rubros de alimentos, bebidas y transportes, situación explicable por las celebraciones y paseos que se hacen en un mes festivo. Como se sabe, el dato inflacionario se obtiene comparando el dato en referencia con el del mes previo (y no con el de similar mes del año anterior), lo que pone en evidencia la fuerte estacionalidad de meses como el que acaba de concluir.
La inflación (dato de Lima Metropolitana) se salió del rango meta en los primeros meses del año 2011, y sólo retornó a éste en noviembre del año pasado. Ahora, ocho meses después, ha vuelto a escaparse de ese rango de tolerancia.
Si bien el dato de julio se explica en gran parte por la estacionalidad ya señalada, se espera que el BCR permanezca atento a la evolución del indicador, teniendo en cuenta que su prioridad máxima es la de preservar la estabilidad monetaria, lo que implica tener a raya a la inflación. Siendo así, se prevé que intensifique sus esfuerzos para solucionar la anormalidad, considerando sus muy nocivos efectos en múltiples aspectos, comenzando por el poder adquisitivo de la población y la competitividad internacional, los cuales se ven debilitados en presencia del fenómeno.
Y la entidad emisora deberá evaluar muy bien los pasos a dar, dado que la economía, si bien está creciendo en forma aceptable, no lo está haciendo (por la débil coyuntura externa, reflejada en una drástica caída de nuestras exportaciones) a una tasa que permita una política monetaria demasiado restrictiva.
Hay que tener cuidado para que la inflacion no se vuelva a desbocar.
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