Éste compara nuestro producto bruto interno (PBI) por habitante expresado en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) con el del país líder de América Latina en cada uno de los años entre 1980 y el 2013, para averiguar qué porcentaje de éste representa. De esa manera, permite ver si la capacidad de compra promedio de cada peruano se ha acercado o se ha alejado de aquélla ostentada por el país más destacado en la materia.
Podemos ver que a inicios de los años 80 el PBI PPA per capita de nuestro país representaba el 51.6% del de Venezuela (entonces líder regional), porcentaje que se elevó en 1987 hasta 59.2%.
Pero después ocurrió la gran debacle derivada de las políticas heterodoxas y populistas, que tuvo que ser enfrentada con un severísimo programa de ajuste. Como resultado de ello, el ratio disminuyó hasta 40.4% en 1992, año en el cual México ya se había consolidado como el país latinoamericano de mejor ingreso PPA.
A fines de los años 90, por efecto de un severísimo Fenómeno del Niño, diversas crisis monetarias y cambiarias a nivel mundial y la grave crisis política que afrontó nuestro país, el PBI decreció, y eso se tradujo en una caída del indicador aquí comentado, que sin embargo no descendió hasta el ínfimo nivel anterior, sino hasta el 44.3%.
Desde entonces, y de la mano del fuerte y sostenido crecimiento de la economía, nuestro dato ha mejorado casi ininterrumpidamente, de tal manera que hoy alcanza los 11,124 dólares internacionales corrientes y equivale al 58.3% del de Chile, encumbrado desde el año 2005 como el líder regional en la materia. Eso significa que, con su ingreso actual, un peruano puede comprar en nuestro país el 58.3% de lo que puede comprar un chileno en el suyo.
Es decir, tras haber crecido de manera importante en las últimas dos décadas y recuperado gran parte del terreno perdido, estamos cerca de alcanzar el mejor nivel comparativo de las últimas tres décadas. Considerando que nuestra economía viene creciendo más rápido que la de los países que encabezan este listado, es de esperar que dicho porcentaje supere muy pronto el 60% y se siga incrementando.
Obviamente, si la comparación se hace a nivel mundial, la situación resulta bastante más desairada para nuestro país, pues a la fecha su dato representa un porcentaje bastante menor que el de los países que lideran el ranking. En efecto, nuestro ratio apenas es de 11.2% si nos comparamos con Qatar, de 14.1% si lo hacemos con Luxemburgo, 17.2% con Singapur, 20.8% con Brunei, 20.9% con Estados Unidos y 21.1% con Hong Kong. Como vemos, en este ámbito el camino por recorrer para acercarse a los líderes es mucho más largo y complejo.
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