El Gasoducto del Sur será, con sus 1,134 kilómetros de largo y los US$ 4,600 millones de inversión que implicará, uno de los más grandes proyectos que emprenderá el país.
Gracias a él, los departamentos de Cusco, Arequipa y Moquegua, y luego también los de Apurímac, Puno y Tacna, quedarán abastecidos con el gas del Lote 88 de Camisea, los tres primeros a través de la tubería matriz y los otros tres a través de gasoductos secundarios. Ello les permitirá, una vez que estén listas las redes de distribución (que no forman parte de este proyecto, sino de otros que se viene preparando), tener el hidrocarburo en sus hogares, industrias, comercios y vehículos automotores.
Pero eso no será todo, pues el megaproyecto también permitirá construir (en emprendimientos ajenos a él) tres grandes centrales térmicas para la generación de electricidad (en Ilo, Mollendo y Quillabamba), así como hacer realidad el anhelo nacional de desarrollar una importante industria petroquímica, no la más simple y común (basada en el metano y destinada a la producción de fertilizantes), sino la más sofisticada (basada en el etano y destinada a la producción de insumos para la industria de plásticos).
Como preludio de los trabajos, en enero y febrero del presente año llegaron al Callao, provenientes de India y China, varios miles de tubos, que tras un laborioso proceso de transporte (primero por camiones hasta Pucallpa y luego por barcazas fluviales hacia el sur) arribaron a la localidad de Ticumpinia, en las inmediaciones de la planta de separación de Malvinas, en el departamento del Cusco. Así lo dejan ver los videos siguientes, correspondientes a una visita de inspección efectuada en febrero de este año por el presidente Humala.
El primero fue publicado por el consorcio Gasoducto Sur Peruano (liderado por la empresa brasileña Odebrecht), que se adjudicó la concesión a 34 años, y ejecutará y operará el proyecto.
El que sigue, publicado por la televisora del Estado, además de referirse a la visita presidencial, ofrece datos complementarios muy importantes acerca del proyecto.
La mencionada ruta sólo fue empleada para los trabajos en esa zona, que no se halla comunicada por carretera con la red vial nacional.
Esos grandes tubos de acero al carbono, de 32 pulgadas de diámetro, 12.30 metros de largo y cinco toneladas de peso, constituirán la línea troncal de casi 800 kilómetros que irá desde Malvinas hasta la costa (en el punto de derivación hacia Mollendo). Otros, de 24 pulgadas, serán empleados en los ramales secundarios (a las ciudades de Mollendo, Ilo, Cusco y Quillabamba), así como en el ducto de 78 kilómetros que transportará líquidos entre Malvinas y el punto de encuentro con el gasoducto de Transportadora de Gas del Perú (TGP). Por su parte, los de menor diámetro, de 14 pulgadas, serán empleados en los gasoductos regionales (a las ciudades de Abancay, Arequipa, Juliaca, Moquegua y Tacna).
La gran mayoría de los tubos llegará por el arequipeño puerto de Matarani, aprovechando que desde allí sí hay una conexión directa por carretera con la casi totalidad de las zonas por donde pasará la extensa línea gasífera. Precisamente en los primeros días de este mes arribó allí otro importante lote, de cinco mil unidades.
Con ello, todo va quedando listo para que el megaproyecto, que desde el año 2018 revolucionará económicamente el sur del país, entre a su fase más intensa de construcción.
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