Las siete principales economías de América Latina comienzan a presentar datos de producción hasta julio.
Estos nos dicen que algunas de ellas van afrontando bastante bien el contexto internacional y sus propias condiciones internas, pero otras se están viendo afectadas por alguna de esas dos circunstancias, o ambas a la vez.
Entre las primeras sobresale la del Perú, que se halla en fase de recuperación, y que luego de haber crecido 3.77% en julio acumula una tasa de 4.04% en lo que va del año.
También están avanzando, pero mucho menos, las de México y Colombia. La del primero lo hizo 2.4% en el segundo trimestre, alcanzando una tasa acumulada de 2.5%, en tanto que la del segundo registró guarismos de 2.0% y 2.3%, respectivamente.
La economía de Chile, confirmando que está atravesando una fase de muy débil dinamismo, apenas avanzó 0.5% en julio, acumulando una cifra de 1.7% en los siete primeros meses.
Luego se ubican las economías en recesión. Argentina ratificó que se halla atravesando el momento más duro de su ajuste encaminado a revertir los graves desequilibrios engendrados en el heterodoxo gobierno anterior. En el segundo trimestre vio caer un significativo 3.4% su PBI, que de esa manera acumula un retroceso de 1.7% en la primera mitad del año.
La situación de Brasil es bastante más complicada, pues en julio nuevamente registró un desplome de 5.2% de su actividad productiva, que así contabiliza una fortísima marcha atrás de 5.1%.
Venezuela, por su parte, ni siquiera proporciona cifras, lo que es revelador de su catastrófica situación, plagada de desequilibrios de todo tipo, que se traducen en la inflación más alta del mundo y en una estrepitosa caída de su actividad productiva.
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