Currículo Educativo: Importantes Precisiones

Faltando pocos días para el inicio del año escolar, la ministra de Educación acaba de hacer importantes precisiones acerca de los planteamientos y alcances del currículo de su sector.


Con ellas desmiente categóricamente a quienes están tergiversando los hechos, al insinuar que los planteamientos del documento desconocen las diferencias entre niños y niñas y promueven la homosexualidad.

En el video difundido hoy, la ministra se refiere a tres puntos específicos, y hace claras precisiones sobre cada uno de ellos:

1. El currículo promueve la igualdad de género. Esto significa dar a hombres y mujeres las mismas oportunidades, a diferencia de lo que acontece hoy, en que, pese a los notables avances en la materia, las mujeres aún son discriminadas, infravaloradas, relegadas y subestimadas. Con este cambio de conducta se busca que ambos sean tratados con el mismo respeto, dejando de lado los estereotipos mantenidos generación tras generación, y por los cuales, por ejemplo, se suele limitar a las mujeres, induciéndolas a desempeñar únicamente determinadas labores, como si no estuvieran en capacidad de llevar a cabo muchas otras que la costumbre ha solido reservar para los hombres.

2. La familia es la primera instancia de formación de los niños. Eso es algo que el currículo no cuestiona en absoluto. Pero no por eso se puede desconocer el fundamental rol de la escuela en materias y temas en los cuales muchísimos padres no tienen la capacidad argumentativa ni el nivel de conocimientos que sí tienen los profesores, cuya preparación académica los convierte en las personas más idóneas para realizar o complementar esa tarea.

3. El currículo promueve el respeto y la no discriminación. El bullying y otras formas de violencia tienen su origen en visiones que no pusieron el énfasis debido en estos temas centrales. El currículo busca que los niños aprendan a respetar desde muy pequeños, y a no discriminar por color de piel, condición social, conductas diferentes ni ningún otro aspecto, lo que luego los llevará a ser ciudadanos tolerantes, comprensivos, solidarios y de mentalidad abierta y democrática.

Es absurdo y ridículo insinuar que planteamientos como estos conducen a desconocer las diferencias entre niños y niños y el rol central de la familia, o a promover la homosexualidad. Como bien dice la ministra, la homosexualidad no se enseña. Las que sí se enseñan son la intolerancia, la homofobia, el racismo y otras formas de violencia, que le hacen mucho daño a la sociedad, y que por tal razón las autoridades educativas, con muy buen criterio, están buscando desterrar, no en etapas tardías de la vida, cuando la personalidad ya está formada y no queda mucho por hacer, sino en la etapa de la niñez, la más idónea para inculcar las buenas prácticas y las conductas adecuadas.