En el marco de su política monetaria, los bancos centrales proveen de liquidez a la economía, buscando que dicho nivel satisfaga los requerimientos normales de las personas, empresas y gobierno, pero no impacte en la inflación, que se busca mantener en el nivel más bajo posible.
A tal efecto, establecen una tasa de interés, llamada de referencia. Mediante esta y los préstamos que otorgan a los bancos y demás entidades del sistema financiero, influyen en el costo del dinero en toda la economía.
Cuando la inflación aumenta, elevan la tasa, con el fin de restringir la demanda, en tanto que cuando la actividad productiva se desacelera, la reducen, para permitir que esta tome un nuevo impulso.
Pare decidir al respecto, también deben estar pendientes del panorama externo, pues por ejemplo una elevación de la tasa de interés en Estados Unidos podría provocar la emigración de capitales hacia ese país, obligando al banco central nacional a elevar su tasa para intentar contrarrestar tal situación.
Actualmente, las siete mayores economías latinoamericanas tienen en vigencia las siguientes tasas:
Como se comprueba si se compara este cuadro con los previamente publicados, no ha habido mayor cambio. Chile mantiene la menor tasa, acorde con su baja inflación y su bajo nivel de riesgo, contrariamente a lo que ocurre con Brasil y Argentina, que exhiben las más altas.
La única novedad la acaba de dar Colombia, cuyo banco central redujo ayer su tasa de 6.25% a 5.75%, según señala, para hacer frente a la creciente debilidad de la actividad económica, y considerando que el nivel real anterior de la tasa era contractivo. Ha tomado la decisión no obstante la incertidumbre sobre la velocidad de convergencia de la inflación a la meta del 3% (actualmente llega a 4.37%).
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