Acertada Decisión contra la Mezquindad

No hay duda de que la mayoría fujimorista en el Congreso tiene como objetivo central obstaculizar en todo lo posible la labor del gobierno.


Eso quedó demostrado con la absurda censura del anterior y muy eficiente ministro de Educación, Jaime Saavedra (que por haber llevado a cabo una excelente gestión en el gobierno anterior fue mantenido en el gabinete por el actual) y acaba de ser ratificado con la pretensión de censurar, también, a la ministra actual, Marilú Martens.

A esa aplastante mayoría parlamentaria parece importarle poco que el sector recién se esté reponiendo de una larga huelga magisterial, en la que la solución no tardó por incapacidad ni falta de voluntad de la ministra ni del gobierno, sino por la intransigencia de los grupos radicales que la promovieron, procurando dejar sin efecto la absolutamente indispensable política de evaluación de los docentes.

En el marco de su actitud inocultablemente obstruccionista, la referida mayoría ahora quiere echar del cargo a una ministra que supo mantenerse firme frente a esa absurda pretensión de los radicales, tal como a inicios de año había hecho frente a la pretensión de los grupos ultraconservadores (varios de cuyos voceros militan en el partido fujimorista) de dejar sin efecto, desvirtuándolo y tergiversándolo antojadizamente, un currículo escolar que propicia el respeto entre todos los seres humanos, sin discriminación de ningún tipo.

El gobierno hace bien en plantear la cuestión de confianza, pues ya no puede ni debe seguir cediendo frente a una mayoría aplastante que ha sido mezquina  desde el primer momento y que con acciones como la aquí reseñada está ratificando que lo seguirá siendo hasta el último. Esa deplorable e inadmisible actitud, que no sólo le está haciendo daño a la educación, sino a todo el conjunto de la economía (por la permanente desazón e incertidumbre que genera), debe finalizar.