La inflación anual de nuestro país había estado durante la mayor parte de los últimos cuatro años por encima del rango meta de entre 1% y 3% establecido por el Banco Central de Reserva (BCR).
Eso, lógicamente, no era nada deseable, dada la importancia de la estabilidad de los precios en múltiples aspectos, como la capacidad adquisitiva, el incentivo para el ahorro, la planificación de los ingresos y costos empresariales y la competitividad externa.
Felizmente, a fines del año pasado, de la mano del debilitamiento del dólar (cuya fortaleza había sido el factor de mayor incidencia en el alza previa) retornó al referido rango, y lo hizo reduciéndose tanto que entre marzo y mayo del año en curso más bien se situó por debajo de este.
Ahora, como parte del proceso de normalización previsto por el BCR, ha vuelto a retornar al referido intervalo, donde se espera que permanezca todo el tiempo posible, brindando a nuestra economía el ambiente propicio para que sigan floreciendo el consumo y la inversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario