Aprobada la Cuestión de Confianza

Como tenía que ser, y por el bien del país, fue aprobada en el Congreso la cuestión de confianza planteada por el Presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar.

En su exposición de ayer, este había presentado varias importantes propuestas para mejorar la institucionalidad y corregir la manera en que se hace política en nuestro país.

Estas plantean que ya no puedan postular al Congreso ni a ningún otro cargo de elección popular quienes tengan sentencias por delitos comunes y que ya no existan congresistas protegidos indebidamente por la figura de la inmunidad.


Asimismo, que las elecciones en los partidos políticos sean abiertas (con participación de la ciudadanía en el proceso de selección de candidatos y la supervisión de los organismos electorales oficiales) y que estos se mantengan vigentes y auténticos (eliminándose la inscripción de aquellos que no participen en los procesos electorales y sólo actúen como vientres de alquiler del oportunista que les ofrezca más dinero).

Además, plantean eliminar el voto preferencial en las listas parlamentarias (para que la ciudadanía vote por agrupaciones e ideales políticos y no por el candidato que efectúa más publicidad, en muchos casos con dinero de dudosa procedencia) y establecer paridad en el número de hombres y mujeres en dichas listas.

La corrupción es el problema más grave que enfrenta nuestro país en la actualidad, y está claro que se deriva en gran medida de la pésima forma en que estamos eligiendo a nuestras autoridades y en que vienen operando los partidos políticos. La reforma planteada, al incidir directamente en esos puntos neurálgicos, constituye la más eficaz forma de solucionarlos, y de contribuir decisivamente a erradicar el gran problema de fondo.


Felizmente hoy, tras el largo debate iniciado ayer, el Congreso (excepto una parte del fujimorismo, la izquierda y el Apra) le dio el visto bueno. Con ello se allana el camino para que nuestro país introduzca estas importantes reformas y continúe mejorando su institucionalidad y gobernabilidad, y avanzando en el vital y duro proceso de lucha contra la corrupción en que está empeñado.