Las penosas imágenes vistas en los medios acerca de una universidad a la que la SUNEDU le acaba de negar el licenciamiento institucional son una demostración de que el proceso que viene llevando a cabo esta entidad no sólo era necesario, sino urgente.
No sólo por la salud del sistema universitario peruano en sí, sino por el inmenso daño que empresarios irresponsables le hacen a miles de jóvenes y a sus esforzados padres, ilusionándolos con el sueño de la educación superior, cuando los servicios que les brindan no tienen absolutamente nada que ver con eso y más bien constituyen una vil estafa, por la cual sin la menor duda deberían ser encausados.
La SUNEDU debe continuar, rigurosa e inflexiblemente, con ese vital proceso, que ya le está haciendo mucho bien al sistema universitario nacional, al obligarle a dar un enorme salto en materia de calidad, ciertamente no para lograr la excelencia ni mucho menos, sino para alcanzar un punto de partida decente y aceptable de cara al futuro. Con la espada de Damocles del cierre si no cumplen los requisitos mínimos establecidos, todas las universidades del país están tomando medidas para ponerse en regla o exponerse a desaparecer.
Es muy ilustrativo al respecto el caso presentado en el siguiente video, de otra universidad que también es fuertemente cuestionada, pero que, lejos de criticar las decisiones de la SUNEDU, ha preferido dedicar el último año a corregir a toda marcha los numerosos cuestionamientos que la entidad le había formulado.
No sabemos si lo logrará o no (la SUNEDU tendrá la última palabra al respecto, lo que esperamos haga de la manera más rigurosa posible).
Lo que sí sabemos es que todas las universidades que superen el trance saldrán de este notablemente transformadas en cuanto a mentalidad y a la fundamental misión que les corresponde dentro del proceso de desarrollo nacional.
La UAP también tiene pisos cascarón: https://peru21.pe/lima/universidad-alas-peruanas-pared-falsa-simula-edificio-alto-482836?foto=5
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