En lo que va del año han continuado los cambios en la calificación crediticia que la agencia especializada Fitch le asigna a los diferentes países latinoamericanos. Así, desde la última vez que publicamos el cuadro, hace cerca de un mes y medio, han habido otros tres.
El más notorio, sin duda, es el de Argentina, que hace un par de días ha visto degradarse su rating, que ha pasado del nivel C al RD (de default restringido). Ello se debe a que el país, agobiado por un grave desequilibrio fiscal, incumplió el pago a sus acreedores.
Otros cambios importantes han sido los de Ecuador, que el 20 de abril vio deteriorarse su calificación de la misma manera en que luego lo hizo Argentina, y Costa Rica, cuya nota decayó de B+ a B el 8 de mayo.
Los otros países no han visto variar su calificación. Chile sigue solitario, con el rating A, en el primer puesto regional, lo escolta el Perú con el BBB+ y luego, en el tercer lugar, se ubica Panamá con el BBB.
Ojalá ellos y todos los demás países puedan mantener sus posiciones pese a la terrible intensidad de la crisis derivada de la pandemia, que está causando grandes estragos en materia de actividad productiva, los mismos que podrían reflejarse en caídas de la recaudación y de la capacidad de pago de la deuda.
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